viernes, 25 de enero de 2013

BLOQUE II. REFLEXIÓN.


En este segundo bloque hemos visto los textos folclóricos y hemos hablado de la selección y adaptación de estos.

Creo que todos podemos hacernos un breve idea de lo que es el folclore. Nos hablan de folclore y automáticamente, muchos pensamos en antiguo, o cosas pasadas. Pero concretamente, cuando hablamos de literatura folclórica, nos referimos a textos ya sea teatro, prosa o poesía, que conforman la tradición cultural de los pueblos. Los textos folclóricos tienen una serie de características como: son de transmisión oral, nacen entre el pueblo (son populares), tienen multitud de variantes por lo que no son originales, no son infantiles sino familiares, no son ni didácticos ni moralizantes, reflejan la sociedad de la época y sueños y deseos del pueblo, no tienen autor, tienen orígenes diversos, no son machistas y están cargados de simbolismo. Estas son las características de los textos en general pero luego cada uno de los géneros literarios tiene otras.

En la poesía, por ejemplo, siempre suele estar ligada a la música y al baile. Pero sin lugar a duda, los más estudiados y analizados han sido los cuentos folclóricos en los que podemos destacar a Vlaadimir Propp, Charles Perrault o los hermanos Grimm entre otros.

La actividad de este bloque consistía en adaptar un cuento, que la profesora nos había contado en clase, para niños de primaria, conservando los elementos principales. Gracias a esta actividad, me he dado cuenta que, muchas veces no se cuentan cuentos debido a que igual son demasiado infantiles, o demasiado para mayores, sin embargo pocas veces nos planteamos la posibilidad de adaptarlos, directamente buscamos otro, vamos por el camino fácil. Seguramente, si en muchas más aulas se barajara la posibilidad de adaptar cuentos al curso con el que se trabaja, se contaría con muchísima más variedad, es decir, a la hora de elegir un libro se contaría con muchísimo más material donde elegir.

A parte de esto, considero que muchas veces, es más importante leer un cuento en clase, que mandarlo leer al alumno. Si se pone interés por parte del profesor y se cuenta como es debido, creo que el alumno se va a meter mucho más en la historia que si lo está leyendo él por sí sólo. Pero vuelvo a lo de siempre, es muy fácil mandar leer un libro a un niño, o mandarle que escriba un cuento o incluso que haga una redacción, creo, que lo importante es que el maestro se involucre, por el bien del alumno.

Para finalizar, decir, que la adaptación del cuento, no me ha resultado fácil, sobre todo al principio, me ha costado mucho pensar qué cambiar y qué no.

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